Lecciones sobre continuidad operativa en 2025: hacia centros de datos más resilientes

Por José Alberto Llavot, Gerente de Preventa y Desarrollador de Negocios en Schneider Electric para México y Centroamérica.

En 2025, el paradigma de la continuidad operativa en centros de datos vive un momento decisivo. Los crecientes niveles de demanda, combinados con exigencias de disponibilidad, eficiencia y resiliencia energética, exigen un replanteamiento profundo de cómo las organizaciones diseñan, operan y mantienen su infraestructura crítica. A continuación, compartimos lecciones basadas en la experiencia de Schneider Electric para cerrar este año con una visión clara y práctica para el futuro.

Más allá del apagón

En el ecosistema digital actual, cualquier interrupción eléctrica —ya sea de unos segundos o de varias horas— puede desencadenar consecuencias críticas para la operación de una empresa. La pérdida de datos, la alteración de información, los daños a equipos sensibles o la interrupción de servicios esenciales ya no son escenarios hipotéticos, sino realidades que muchas organizaciones han enfrentado recientemente. Frente a este panorama, los sistemas de alimentación ininterrumpida (UPS) dejaron de ser una medida preventiva opcional para convertirse en un componente indispensable dentro de la infraestructura tecnológica.

Sin embargo, contar con un UPS no es suficiente. La continuidad operativa exige un enfoque integral que incluya el mantenimiento preventivo, el monitoreo constante y la gestión inteligente de la energía. De hecho, 1 de cada 3 sistemas de alimentación ininterrumpida falla debido a la falta de mantenimiento o a una configuración inadecuada. Esta cifra subraya la importancia de no confiar únicamente en la tecnología instalada, sino en la forma en que se administra y actualiza con base en el entorno operativo.

Así, la continuidad operativa no debe concebirse como un simple “colchón” ante posibles incidentes, sino como una estrategia activa de gestión del riesgo. Es necesario anticiparse, medir, corregir y fortalecer continuamente las condiciones que garantizan que los servicios críticos permanezcan en línea, sin importar las circunstancias externas. En la actualidad la resiliencia no es una ventaja competitiva, sino una exigencia básica para seguir operando.

Cómo asegurar la continuidad operativa

  • Arquitectura energética robusta y redundante
      • Implementar soluciones de respaldo confiables a través de UPS con baterías inteligentes, sistemas de distribución eléctrica dual (A/B), y diseño con selectividad y coordinación eléctrica. 
      • Adoptar plataformas de gestión energética avanzada, como EcoStruxure IT, que permiten un monitoreo en tiempo real, alertas tempranas, mantenimiento predictivo y automatización de respuestas ante fallos.
  • Cultura de prevención, no de reacción
      • Realizar auditorías periódicas y mantenimiento preventivo de todos los componentes críticos, como UPS, distribución eléctrica, baterías, calidad de energía, para reducir el riesgo de fallos inesperados.
      • Configurar protocolos internos claros para apagado ordenado o conmutación a respaldo, así como pruebas regulares de escenarios de corte. Esta disciplina reduce la posibilidad de daños y garantiza integridad de datos.

Apuntalar la resiliencia física y operativa de los centros de datos

Un estudio reciente del Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI) apunta que, dadas las crecientes incertidumbres — desde fallos de energía hasta eventos climáticos — es imprescindible que los centros sean concebidos como un “sistema de sistemas”, con redundancia, adaptabilidad y monitoreo del flujo de energía y calor. Esto implica que no basta con replicar tecnología, debe incorporarse una gestión integral de riesgos, alertas tempranas, mantenimiento continuo e inclusión de planes ante eventos extremos.

Beneficios tangibles del modelo de continuidad operativa

Adoptar un enfoque estructurado de continuidad operativa aporta beneficios concretos:

  • Disponibilidad ininterrumpida: incluso ante cortes de red eléctrica, los sistemas críticos siguen funcionando gracias a UPS, respaldo y gestión inteligente.
  • Protección de datos y servicios: apagados seguros o conmutación automática evitan pérdida de datos, corrupción o caídas súbitas de servicios.
  • Reducción de costos operativos y de recuperación: menor riesgo de fallos, menos incidencias, menor necesidad de reparaciones urgentes.
  • Confianza institucional y reputacional: clientes, usuarios y partners pueden contar con servicios estables, confiables y predecibles.

Este año confirmó que la continuidad operativa es un pilar de operación en entornos críticos que requiere estrategia y acompañamiento en su ejecución. Porque, al final, no se trata solo de sobrevivir a un apagón, sino de garantizar que la operación nunca se detenga.

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